16 nov 2006

Imperdible

Publicado el jueves 16 de noviembre de 2006 a las 13:35
Argentina como instrumento de una estrategia derrotada. "Radio 10" se impone, ideológicamente, sobre "Página 12".
Or el analista Osiris Alonso Damomio
“Consultora Oximoron”, Departamento Geopolítico.
Especial para JorgeAsisDigital
A.- D’Elía y la estética del kirchnerismo
La impericia de los movimientos exhibe la firmeza del desconcierto.
Kirchner entendió, con sensatez, el significado de las elecciones de Misiones. Pero distó de entender el significado de las elecciones legislativas de los Estados Unidos.
Sobrestimó, sin asumir, la derrota compartida con Rovira. Debió desprenderse de la sobrecarga de gobernadores que apostaban por diversas maneras de la persistencia. Al percibir que ya no podía marcar la agenda, decidió recuperar la iniciativa. A la bartola.
Hasta cederle oxígeno artificial a la inconveniente postulación de su socia conyugal.
Los independientes, invariablemente, se distancian. Final del periplo de fácil cautivación. Con las cacerolas guardadas, los sectores medios, regularmente cultivados, se alejan. Abatidos y sin otra alternativa clara. El cuento de la renovación derivó en una impostura más. Porque con Kirchner se asiste a La Renovación de la Permanencia. A la frustrante reedición de los nocivos vicios de la política avejentada.
A la necesidad de recuperar la credibilidad perdida, se computa el recurso mediático de lanzar, para consumo rápido, la alucinación presidencial de la señora Cristina.
Con el afán de promover, en su figura, el Operativo Puloil.
La limpieza en el aparato del estado. De los recaudadores emblemáticos del Sistema de Acumulación. Instrumentado por quien se especializa en derrochar, con gesto altivo, ínfimas porciones de lo acumulado.
En una mirada de superficie, el despido del desmesurado D’Elía, puede admitirse como el comienzo indirecto de la campaña electoral de la señora Cristina Kirchner.
Sólo fue, D’Elía, el engranaje de vanguardia. Merced al despido, un fusible inquietante. Aunque contenido. Con los atributos de la misma renovación de permanencia.
La señora Cristina protagoniza el globo de ensayo destinado a la autodestrucción.
Porque ella tampoco va a ser, ni por aproximación, la candidata.
Igual que el “socio consorte”, ella participa del ensueño libertino de escaparse.
Proyecto instalado, frontalmente, por el Portal. Con el propósito de evitarlo. En función de la teoría del “Reeleccionismo Perverso”, elevada por el director, don Asís, en la web.
El despido de D’Elía forma parte de la defensiva recuperación de la iniciativa.
Busca agradarse, con el despido, la ética interpretacional de las tías ultrajadas. La satisfacción de señores de bien, que culturalmente detestan el expansionismo impune del piquetero que se lleva las normas por delante.
Paradójicamente, D’Elía representa la auténtica expresión de la estética contradictoria del kirchnerismo.

B.- Norteamericanismo tardío
Arrastra, además, el despido de D’Elía, al pensamiento, hacia otro nivel de interpretación.
Presenta una mayor relación con el variable posicionamiento geopolítico.
Las imposturas signan la desorientación fluctuante. De quienes dirigen, transitoriamente, el destino incierto del país. A partir del desconocimiento, en la materia de referencia.
Justo cuando Kirchner experimenta, impasible, el letal desvanecimiento del poder.
En su desconcierto, Kirchner debe percibir que se le pierde el temor reverencial.
El temor, en su proyecto, representa un valor clave. Para mantener la iniciativa que, paulatinamente, se le esfuma.
En semejante declinación, Kirchner decide avalar un meticulosamente armado avance jurídico político sobre Irán. Derivaciones del acuerdo gestado, veinte días atrás, entre la CIA y la SI (la Secretaría de Inteligencia nacional). Conecta con la ingenuidad de tres posiciones que se encadenan.
El pronorteamericanismo tardío y confrontacional.
La israelofilia incondicional.
La desprolija toma de distancia con el jactancioso bolivarianismo.
Posturas antagónicas de país ideológicamente en liquidación.
Emanaciones de acercamiento a los halcones que retroceden, en bancarrota. Irreparablemente vencidos.

C.- Diplomacia a la deriva
Precipitadamente Kirchner interpretó el colapso electoral de Misiones y volvió, como un duro, a arrugar. En su amateurismo no supo interpretar las compulsas legislativas en los Estados Unidos.
Elecciones sustantivas con consecuencias estructurales. Marcan el epílogo de la gestión republicana. Abren el paso a una casi inevitable administración demócrata.
En adelante, habrá que consensuar también la liquidación de la aventura catastrófica en Irak. Que provocó el fortalecimiento, en la región, justamente, del Irán.
En otras palabras, el avance sobre Irán se registra a destiempo.
La Argentina desestructurada queda cautiva de la instrumentación que beneficia a otros. Al caído halconismo que arrastró, hacia el cadalso, a Bush.
En cambio, Bush entendió de inmediato el resultado de sus legislativas. No vaciló un segundo en entregar la cabeza de Rumsfeld. Aquel que brindó amparo a los neoconservadores más radicalizados. Irresponsables que arrastraron, a Occidente, hacia el laberinto infernal de donde debe salir.
Próximamente, Bush dispondrá también de la cabeza de John Bolton. Embajador ante las Naciones Unidas. El frasco internacional. Marco para la penúltima equivocación de nuestra diplomacia a la deriva.
Diplomacia arrastrada por las manipulaciones de la justicia que se nutre de los servicios de inteligencia. De Estados Unidos e Israel, países que revistan como actores fundamentales del conflicto.
Argentina queda, en el selectivismo de la historia, como mascarón de proa. Mera punta de lanza de una provocación. Que mantiene el irrisorio destino de la mesa chica, para una negociación donde el país, para colmo, no participa. Sirve como mecanismo para entregarse, en la mesa, a los que tienen la legitimidad del poder negociador. Y el mandato específico de conceder.
En definitiva, Argentina es utilizada para la extorsión de una estrategia que naufragó en el fracaso.
En la región de referencia, los americanos se encuentran en condiciones de retirarse. Lejos de intentar la utopía de una ofensiva.
El halconismo americano/británico colapsó en Irak. Con un resultado que favorece a Irán.
E Israel perdió, públicamente, una guerra con el Hizbollah. Fortalece, con otra aventura, al Grupo Resistente-Terrorista, hasta la irresponsabilidad.
Entre tanto fracaso acumulado, Argentina se enlaza en el pro occidentalismo tan equivocado como tardío. Para avanzar contra los dos adversarios (Irán y el Hizbollah), con los que precisamente Occidente se dispone a negociar.
De la tercera posición, el bolivarianismo de Chávez se habla en próximo despacho.

d.- Alianza de las Civilizaciones
La prioridad analítica la tiene, antes que Venezuela, España.
Mientras Argentina avanza sobre Irán y el Hizbollah, se suplica que el Rey sea facilitador del diálogo con los uruguayos.
Para España, Argentina representa un problema de índole interna.
La proverbial ineptitud impide percibir, por ejemplo, que la diplomacia de España mantiene, en su agenda, otras prioridades básicas.
Desde Argentina se pide la detención del ex presidente Rafsanjani. Mientras tanto, anteayer, en Estambul, el presidente Rodríguez Zapatero se reunía con el ex presidente Katami. El sucesor de Rafsanjani.
Conjuntamente con la chapa multilateral de Kofi Annan. Con Erdogan, el ex primer ministro del puente cultural de Turquía. Con Federico Mayor Zaragoza, primera guitarra argumental.
España se encuentra lanzada en el artificio llamado Alianza de las Civilizaciones. Es un conglomerado de vagas intenciones que se propone, como contrapartida, del concepto del Choque de las Civilizaciones. Delirio del que se apropiara Samuel Huntington, en su voracidad. Y que antes reflejara, en un memorando, Bernard Lewis, aquel experto del Medio Oriente que solía vender sus maniqueas tesis para el Pentágono de los halcones que se acaban, justamente, de vencer.
Halcones que se encuentran en la plenitud de la desbandada. A pesar del auxilio lamentable que les proporciona la Argentina en banda. Regalada. Y a pesar de los consejos emanados del fundamentalismo mediático. Que impulsan, entre tantos adalides del desconocimiento, los comunicadores que celebran el norteamericanismo tardío. La israelofilia incondicional. La distancias con los delirios de Chávez.
Como si triunfara, en el fondo, la versión de la vida que se propone desde la Radio 10. Que se impuso, en materia de influencia oficialista, a Página 12.
En la Argentina desconcertada que carece del menor lineamiento estratégico. Que marcha hacia la imprevisibilidad de los tumbos. Sin la menor noción del concepto elemental de Nación.

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