27 mar 2006

24 de marzo


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Y llegó el 24 de marzo, y pasará también

1976-1983


Fecha que debe servir para aproximarse en el tiempo a una circunstancia difícil y muy dolorosa.
Intentar verla con ánimo de apreciar lo que puede servir como enseñanza, para no repetir errores que nos harían insistir en un choque feroz.
Para que lleguemos al 24 primero está el 23, y el 22 y…
Por supuesto que para esto, hay que remontarse a nuestra historia, a veces cara y a veces barata, pero es nuestra historia.
En este escenario hay personajes, unos con mayúsculas, otros que mejor sería que no nos debiéramos ocupar de ellos.

La cruz de “ser argentino”

Ante ayer estatistas a ultranza, ayer privatistas regaladores del patrimonio nacional, hoy de nuevo en la vía – privatizada – rumbo a ser de nuevo estatistas.
Ayer, dirimiendo diferencias ideológicas, políticas, en pos de negocios y poder, a través del lenguaje siniestro de las armas, del secuestro, y de cuanta forma de violencia es capaz de engendrar un ser humano, incluso, por medio de tribunales populares e impopulares según la óptica de quién lo cuente. Pero, dejando abiertas las amplias puertas del infierno para los sucesores de los que padecieron.
Porque es cíclico. Los abusos de un polo tienden a buscar equilibrio en el otro extremo, para que paulatinamente la balanza vuelva a su justo medio.

No aprendemos, ni nos interesa. Creemos que el mundo nos envidia, que rumian su desesperación por lo que en abundancia tenemos – y no sabemos aprovechar – medido con lo que a ellos les falta.
El planeta nos vio pasar como refugiados y con plata, nos vio cuando dijimos que suspendíamos los pagos de la deuda legítima e ilegitima. Escuchó de nosotros cuando tuvimos 4 o 5 presidentes en una semana, nos recuerda también porque no les pagamos a algunos, a otros se les hizo una quita, y a quién prácticamente nos obligó a endeudarnos, se les pagó sin quitas, todo, y antes de que venciera.

No somos ni los mejores ni los peores. Pero que nos destacamos por ser unos vivos bárbaros, nadie lo duda. Somos muy inteligentes, muchos cerebros educados aquí con los aportes hasta de quienes ni siquiera saben hablar, hoy son estrellas en otros países.
Acá se mueren los chicos por desnutrición y enfermedades que atendidas a tiempo no tendrían ese final.
Pero, nuestra economía crece a niveles que nos envidian los chinos, el superávit es cosa de locos pero hay que salir a la plaza a vender letras u obligaciones del estado, para que…. ¿?

Actos por las desapariciones forzadas, por los actos de una atrocidad que solo una enfermedad aterradora podría incubar en un ser humano, sin embargo, ocurrieron y en escala continental. También guerras chicas, grandes, locales y mundiales que llenan de madres, viudas, hermanas, novias dolientes por la pérdida de sus seres queridos en actos irreparables como solo pueden ser las guerras.
A estas mujeres y hombres sobrevivientes, les queda la memoria para aprender a no repetir errores.

El golpe del 76 y los anteriores responden a circunstancias propias de un contexto particular y preciso en la vida de nuestro país. Muchas veces el apuro por corregir situaciones que aparentan ser terminales, busca el atajo de la bomba.
El remedio siempre es peor que la enfermedad
Pero el hombre cree que todo lo sabe y lo puede, ignora en su absurda pequeñez que solo es una brizna en un cosmos donde él y su entorno ni siquiera es algo mensurable.
Pero no aprende: “Yo soy el mas grande y capaz, soy el depositario de la verdad y la justicia, el estado soy yo, cinco por uno, a la marina la corro con los bomberos… y siguen las frases celebres mientras gira la siniestra calesita.

El 76 es la súper gota, pero la copa se está llenando desde hace mucho, los que contribuyeron fueron varios y no hay sector que no haya contribuido, aquí no hay solamente desaparecidos, hay héroes y cobardes – hombres y más mujeres – ladrones y estafados, hay curas, colchoneros, maestros y ministros, payasos y delatores, un muestrario amplio y generoso de todas las variantes posibles de este frankestein hipócrita y charlatán, del discurso florido pero hueco, pero con la respuesta pronta que no resuelve nada. Esta suma horrorosa de actitudes y hechos de una justicia lenta y del existir sobre frases hechas, nos lleva a confundir todo y a llora y reír al mismo tiempo.

En otras partes debe haber mejores y peores, yo hablo de acá; yo miro a mis vecinos, al cura de la iglesia que hoy (24 de marzo) ni se acordó de los desaparecidos, ni de la democracia reconquistada – igual que el presidente de la república - miro la venta de pasajes y que no haya quedado una morcilla en ninguna estantería de la carne que no baja. Todo suma, todo resta.

Ni soy ni pretendo ser filósofo, hablo por mis años, no por diablo, sino por viejo.
Al 76 lo esperaba la mayoría silenciosa y no tanto, que en alguna medida pensaba que ya no era sostenible que el país fuera dirigido por un mucamo que tiraba las cartas y gente, unas sobre la mesa, las otras al río o a los callejones.

Malvinas

Sin salir del tema originario, sino para ambientar este asunto, seguimos con elementos de atención. No se ha sido muy explicito en decir y exponer como se sobrevivía antes del golpe; los muertos, los secuestros y las bombas. Lo mas penoso fue que el proceso militar para terminar con la inseguridad, utilizó los mismos medios – muertos, secuestros y bombas – amén del agravante que por hacerse desde el Estado, no había freno ni limite.

Las denuncias en foros internacionales – Carter presidente en EU – provocaron el cese de la ayuda en pertrechos militares, como primer paso en la escalada de presión sobre el
Gobierno Argentino.

Aquí es donde aparece el tema Malvinas; desde el ataque y toma de las mismas sin verter una gota de sangre, hasta el desolador cuadro de penurias y bajezas ocurridas en batalla y las donaciones con destino incierto, aunque no tanto, empezó a tratarse el retorno a la democracia.


Mientras la fuerza aérea volaba esquivando las olas para no ser detectada, ya se estaba negociando entre Francia, EU. e Inglaterra, que no se abasteciera de misiles Exocet a la Argentina porque “ los endiablados pilotos argentinos” estaban provocando daños materiales, y en la moral de las tropas inglesas más las fuerzas alquiladas, de increíble magnitud.

Francia decía que ya estaban vendidos, que se embarcaban más por vía aérea, y no podían dar marcha atrás porque se resentiría conceptualmente el hecho de que ellos siempre cumplían sus compromisos. (A los franceses no les iban a hacer devolver la platita, o dejar de juntarla, ni en el más espantoso delirium tremens) Pero, tampoco podían desoír las sugerencias de EU, que estaban represionados por la dama de fierro inglesa doña Tatcher. Entonces surgió la solución: Francia, para no perder conceptualmente ni favorecer a un bando en pugna, entregaba a los norteamericanos los códigos invalidantes de los que portaban los misiles, y como consecuencia de ello, estallaban antes o no se armaban. De allí la cantidad de blancos perdidos por los pilotos argentinos. Por supuesto que Francia pidió que esos códigos no fueran entregados a Inglaterra, cosa que sí, se hizo de inmediato. Hubo un desquite, lamentando las vidas perdidas, los ingleses la tuvieron a doña Tatcher 8 años más y sobrevivieron, todavía no se sabe como. En cambio para nosotros, se aceleraron los tiempos para volver a la legalidad constitucional en democracia, aunque por algunas actitudes y hechos tampoco parece que sabemos para que.

El pueblo argentino apoyó sin reservas la ocupación de nuestras islas, fue a la Plaza de Mayo espontáneamente y cuando lo llamaron fue, y los desconcentraron con palos y gases.

Sigue pendiente el hecho de haber ocultado a los soldados a su regreso, y el trato inmisericorde a posteriori, más la seguidilla de discursos.

En Buenos Aires, mientras el conflicto se llevaba la mejor sangre nacional, seguía el baile, el fútbol y las carreras.

Decía, la cruz de ser argentino. Porque hemos permitido que un ser verdaderamente grande, como Favaloro, se pegue un tiro. Porque a su fundación no la ayudaron ni creyeron en él. Después, siempre después, le querían hacer monumentos en todas las plazas de la republica.

El divertimento nacional sigue con proceso militar y en democracia, con la violencia ejercida sobre una parte de la población cada vez más pobre, que debe pagar el pan y la leche al mismo precio que paga el más rico, muchas veces jubilado de privilegio con meses de antigüedad., mientras que los que verdaderamente trabajaron y aportaron, hoy les tiran limosnas.

La depredación que pasó y pasa antes nuestros ojos, con muchos culpables sueltos, algunos por robarse chicos, otros por usar la justicia para quedarse con tierras o legitimar bienes mal habidos, o, por prescripción de las causas ,son la causante de esta sensación de desamparo que flota en la sociedad, en algunos más, en otros menos.

El consumismo, la globalización, el gobierno único, el nuevo orden mundial, la lucha por los recursos naturales, la violencia de vastos sectores para poder alimentarse; los niños vendidos comprados, mal dados en custodia legal, usados para trabajar, para mendigar, para prostituirse muchas veces empujados por la propia familia, están creando un caldo de cultivo que en su momento será explosivo y sin retorno. Nadie puede desear esto, pero parece que se trabaja para ello.

A una parte de la sociedad no se le puede enseñar desde el Estado, que para conseguir dinero, solo debe hacer una larga fila ante la puerta de un banco. Institución esta que está siempre gorda y nunca investigada “a fondo” y con grandes culpas ocultas y delitos aparentemente “invisibles”.
Desde el Estado debe enseñarse con sólidas bases, para que los nuevos conocimientos sean cimientos y no mentiras. No se puede ordenar que no haya aplazos porque baja el promedio del nivel, apto para subsidios en unos casos, y en otros, desciende el nivel de los institutos educativos públicos y privados. Aclaro, en busca del sentido más perdido de nuestro País – nota usted que en general se dice “este país” – como es el sentido común, es que me permito humildemente estas reflexiones.

Aguante que ya termina; si un chico muerto de hambre asalta con un cuchillo roto y herrumbrado, y le quita a una señora una moneda de un peso, no puede ni debe ir 5 años preso. Tampoco se le debe dar un premio, ni olvidarse del mal rato de la señora.

Que haría un juez si le tocara juzgar a un presidente de banco que permitió sacar dinero del corralito, y que en la ruta formaban una fila de blindados – no tanques –junto a los camiones de otros colegas rumbo a aeropuertos para llevarse esos dólares que se devaluarían poco después ¿?

Porqué una administración – presidente ministros etc. – es no punible si se equivoca ante una circunstancia económica pese a que su disposición afecta a generaciones ¿? Porque no hay muertos¿? Solamente debe haber muertos para que se atienda debidamente una situación¿? Mala vía.

Ni en el acto final de recordación de los desaparecidos, hubo consenso. Sí, discrepancias y empujones.

El ejercicio de la memoria es bueno para no repetir errores. Vivir el pasado como si fuera el presente y el futuro, es suicida.

También hay que aprender a votar para preservar esta democracia, que hoy parece ser una bandera para cubrir hechos deplorables por los niveles de corrupción que cobija.

Por supuesto que hay estamentos en la sociedad que trabajan como bueyes, que estiran los pesos como si fueran goma de mascar, hay maestros que son verdaderos patriotas que les duele nuestro país, y ciudadanas que deberían estar en el ministerio de economía por como hacen posible, casi en la miseria, crear comedores para niños sin ninguna asistencia.

Quería decir estas cosas, no cambiará la realidad, pero uno que lo comprenda, es suficiente.

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